El premio ha estado verdaderamente reñido, pero tras días de lectura y deliberación, los miembros del jurado del II Concurso de relato breve (compuesto por el departamento de Lengua al completo y Antonio Ruiz, profesor de educación Física y escritor) , hemos decidido por unanimidad conceder el premio al mejor relato a AMALIA FERNÁNDEZ GARCÍA, alumna de 3º A, que obtiene como premio una ENTRADA para disfrutar de una obra en el Teatro Romea a finales de junio.
Mención especial merecen también los relatos de ROSA LATORRE COFRADES (3º A) y ALONSO CABEZA MARCO (2º C), que quedan como finalistas y por ello obtienen DIPLOMA.
¡¡¡ ENHORABUENA A ESTAS TRES PLUMAS DE NUESTRO IES !!!
Os dejamos el "relato instantáneo" ganador . Recordemos que fue ideado y creado en menos de una hora, con ESTA IMAGEN COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN:
EL TESORO DE ELISA
Todo sucedió un sábado por la tarde, en aquella casita de la huerta. Paula y yo pasábamos el fin de semana allí y andábamos aburridas, sin saber qué hacer, dando vueltas por la casa, cuando de pronto, encontramos el trastero.
Se nos ocurrió curiosear en los viejos baúles, en las estanterías y cajas...
Todo tenía una capa de polvo, pues aquellas habían sido las habitaciones de mi abuela cuando vivía allí.
Mientras Paula se divertía poniéndose ropa vieja, yo miraba libros polvorientos y antiguos. Encontré uno que llamó mi atención y cuando lo abrí por una página al azar, encontré una nota vieja.
"En la cocina, debajo de la baldosa, está mi tesoro".
Llamé a Paula rápidamente y fuimos a la cocina, intrigadas.
Estaba llena de botes de colores. A mí siempre me llamó la atención, porque era lo primero que apreciabas al entrar, y le daba algo de alegría a aquella vieja cocina.
Buscamos la baldosa; yo propuse ir dando con un mazo en todas hasta encontrarla, pero Paula me llamó "loca" y fue pisando hasta que encontró una baldosa que sonaba a hueco.
Con el corazón latiendo con fuerza, levantamos la pesada losa y sacamos una cajita de madera.
Pero dentro no había dinero, ni joyas, ni nada de eso... Dentro había una vieja brújula.
- ¿Esto era el tesoro?- preguntó Paula.
Me encogí de hombros; yo tampoco me lo esperaba, sinceramente. Sin embargo, siempre me habían gustado esos objetos, así que lo puse debajo del grifo y le eché agua para quitarle el polvo. Fue entonces cuando me di cuenta de que debajo había una inscripción: "El verdadero hogar está donde esté tu corazón".
No lo entendí en aquel momento. Entonces, Paula me llamó.
- ¡Mira lo que he encontrado!
Era una carta. De mi abuelo. Mi padre me contó
"Querida Elisa:
No sé cuándo volveré, no te voy a mentir. El viaje será largo y peligroso, pero aunque pasen años y tú te enamores de otro, quiero que sepas que no te olvidaré. Y si vuelvo y me has esperado, me casaré contigo.
Te quiere,
Javier"
Paula y yo estábamos llorando a esas alturas. En el fondo del escondite, encontramos un anillo de boda.
Ahora entendíamos cuál era el secreto de mi abuela Elisa.