La compañía, formada por siete miembros de origen australiano, recorre el mundo para mostrar un juego de acrobacias con una profunda simbología poética, en el que pudimos ver representados muchos de los grandes temas de la humanidad, algunos de ellos, reflejo de las preocupaciones actuales.
En un escenario limpio, despojado de todo ornamento, y con la única expresión del movimiento de sus cuerpos, este grupo australiano consiguió conmover, divertir y mantener la tensión hasta el último de los 80 minutos que duró el evento, coronados con un aplauso que parecía no tener fin.
Los alumnos salieron encantados de haber tenido la posibilidad de conocer este teatro (con un diseño que recuerda a los antiguos corrales de comedias), y de haber disfrutado de este espectáculo sin precedentes, que cerraba la programación de la temporada.
